Carol y Patri, satisfechas ambas con su trabajo, decidieron crear su propio taller: Patri y su socia Celia en el barrio de Ruzafa, y Carol -para tener más independencia y libertad en su proceso creativo- en la huerta del barrio de La Fonteta de Sant Lluís. Las dos imparten clases también, así que cotillead su Instagram, seguidlas y fliparéis.
Si les preguntamos por su rutina diaria, a Carol le gusta limpiar y ordenar su taller antes de comenzar a trabajar, ya que necesita un espacio pacífico para concentrarse. Por su parte, Patri comienza el día recogiendo su café en la cafetería de especialidad de al lado del taller, selecciona música chill en Spotify, se pone el delantal y actualiza su agenda, todo en ese orden.
En cuanto a sus fuentes de inspiración, Patri se inspira en el arte japonés y la simplicidad de los objetos. A ella le gusta lo bello, lo armonioso, la simplicidad y la femineidad en las formas. Carol no tiene claras sus referencias en el mundo de la cerámica, pero es evidente que crea arquitecturas imaginadas donde se entremezclan fragmentos de obras de arte inspiradas también en paisajes del mar Mediterráneo.
Está claro que a ninguna de las dos les importa arremangarse y darlo todo por su proyecto de vida, por su quehacer favorito…
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